Logan (20th Century Fox, 2017)

*El presente texto contiene detalles de la trama de «Logan», pero ningún Spoiler*

Contexto:

Ya no es necesario ser nerd para saber quién es Wolverine… toda una generación sabe quién es Hugh Jackman gracias a este personaje, mismo que empezó a interpretar en «X-Men» en el año 2000 y del que 17 años después se despide en una película que solamente puedo calificar como «el moño de oro» de una saga con altibajos, pero legendaria.

Wolverine, como personaje, no surge con los X-Men, sino que debuta en 1974 en el número 180 de «The Incredible Hulk» en las últimas páginas y entra a la acción en el 181, como una de las armas humanas del gobierno canadiense, desplegado para contener al usualmente incomprendido gigante verde.

Al año siguiente el personaje es retomado para el regreso, por la puerta grande, del título de los X-Men, en «Giant Size X-Men #1», buscando recobrar la gloria perdida (y lográndolo con éxito) de estos personajes, cancelados tiempo atrás.

Esta nueva era de los X-Men, de la que Wolverine era parte integral, los llevó a crecer tanto en los cómics que lograron incluso competirles (y ganarles por un buen tiempo) en fama a los propios Avengers, por lo que en los 90’s iniciaron un viaje a la televisión que empezó en el 92 con una serie animada llamada simplemente «X-Men», que tuvo un gran éxito presentando a estos personajes a una nueva generación y que sólo duró hasta 1995.

Pero sería 5 años después que los X-Men regresarían con todo, pues Bryan Singer nos regaló una película que en su momento fue muy apreciada por el hecho de finalmente ver a muchos de estos personajes en carne y hueso y con un presupuesto decente.

Ahí, aunque físicamente no tenía tanto en común con el personaje (en los cómics wolverine era retratado bajo de estatura, encorvado y feo), Hugh Jackman se ganó al público con una actuación que sí logró capturar la esencia del personaje y que se vio gratamente expandida en la secuela, X2, una de las mejores películas de la franquicia.

Hoy llega a los cines «Logan», la despedida de Jackman del papel que lo ayudó a saltar a la fama y una profecía autocumplida de sus primeros días en la promoción de «X-Men» en el 2000, cuando dijo que se consideraba afortunado de haber conseguido un papel tan codiciado, pero que hablando con su esposa, ambos concordaron en que esperaban que 20 años después no estuvieran filmando por enésima vez al mutante de las garras.

Sinopsis

Es el año 2029 y Logan (Hugh Jackman) no es más que la sombra de lo que era. Con un factor de curación que apenas y puede mantener a raya el envenenamiento del metal que lleva en los huesos y a duras penas puede sanar cualquier otra herida que se va presentando, el viejo hombre X conduce una limo esperando juntar dinero suficiente para comprar un yate y llevarse a un decrépito Charles Xavier (Patrick Stewart) a alta mar, a vivir los últimos días de su vida en paz.

No ha nacido ningún nuevo mutante en los pasados 25 años y los X-Men ya no existen, un evento misterioso parece haber terminado con ellos años atrás, sin embargo, parece más relacionado con algo entre sus filas que con alguno de sus viejos enemigos. Logan y Xavier llevan vivas las heridas de esas pérdidas, porque uno de ellos sabe qué las provocó.

Los ataques de Xavier presionan a Logan para conseguir rápidamente el dinero que le falta para el yate y es donde una oportunidad se presenta, sólo tiene que transportar a una niña pequeña llamada Laura (Dafne Keen) y a su madre, en un viaje que no le debe de tomar más de dos días; sin embargo, matones militares, armados y mecánicamente mejorados llamados Reavers, liderados por el cruel Donald Pierce (Boyd Holbrook) las persiguen. Si nada nunca había sido fácil en la vida de Wolverine, ¿por qué empezar ahora?

Wolverine se ve obligado a transportar a Laura y al propio Xavier cuando descubre que «Laura es una mutante como él… muy parecida a él», lo que inicia una búsqueda de respuestas que el viejo Logan, deseoso de paz y dejar la lucha atrás, no quería saber.

Logan, Laura y Xavier están en curso de colisión con un destino que no hace preguntas, que no espera a nadie y que no tiene intención de tomar prisioneros, en una trama que, sin decirnos nada, nos anuncia su final desde el primer tráiler, pero no te prepara para él.

Crítica:

James Mangold, director de «Logan» se quejó mucho tiempo de cómo los ejecutivos de la Fox manipularon y mutilaron lo que tenía planeado para «Wolverine: Inmortal», la película previa de Logan, algo que le pesó tanto que aparentemente se alió con Jackman y, aprovechando la oportunidad para darle una despedida por todo lo alto al actor que por 17 años representó a Wolverine, se decidieron a presionar y luchar por una cinta seria, madura y para los verdaderos fans del personaje. Al final, con nada más que respeto por esa labor de amor por el contenido, es posible decir que, aunque la cinta no es perfecta, la misión, con creces, está cumplida.

Wolverine es un personaje torturado, una paradoja andante del hombre que siempre sana por fuera, pero nunca por dentro, al menos hasta esta historia, deliciosa tanto en su brutalidad como en su humanidad; en su violencia, como en el nexo familiar de sus protagonistas y que nos trae el broche de oro para 17 años de una gran interpretación a través de no siempre tan grandes películas.

«Logan» toma elementos del cómic «Old Man Logan», de Mark Millar, aunque no tantos como se pudiera pensar; sin embargo, mantiene paralelos, que pudieran o no ser intencionales, con otras producciones, incluida una de las infaltables de la filmografía de Luc Besson e, incluso, con el videojuego The Last of US, que desde los tráilers ya algunos fans habían señalado.

La película tiene algunos detalles en el ritmo, pero nada serio. Además, si acaso, algo que como espectadores y fanáticos de los X-Men a algunos podría hacerlos sentir incómodos es la manera en que el legado de Xavier parece no sólo perderse, sino volverse en su contra con los giros de esta historia, ¿de qué modo? Tienen que ver la película para saberlo.

Al final, «Logan» es una oda al espíritu incansable de un personaje que se antojaba indestructible, pero cuya verdadera fortaleza siempre estuvo en la manera en que, incluso cuando parecía imposible, cada nexo en su vida le ofreció la posibilidad de ir curando su alma lentamente, hasta emparejar la balanza con su cuerpo e, incluso, superarlo.

Aunque no es sano usar términos comparativos, vale la pena destacarle a Fox su disponibilidad de dejar que los directores de «Deadpool» y «Logan» exploren desde puntos tan extremos y diferentes los límites del género de superhéroes, logrando en el caso de esta película una producción con un tono adulto que ofrece lo que los fans tanto han pedido y, de paso, le enseña a Warner Brothers que la «oscuridad» o «seriedad» es totalmente aceptable si hay un alma en la historia que quieres contar.

Esta película sube la apuesta en cuestión de violencia y es clasificasión «C», así que ni hablar, nada de niños a verla. Pero todo aquel que se haya sentido decepcionado por «X-Men Orígenes: Wolverine» y «Wolverine: Inmortal», sintiendo que se le debía a Logan una buena película, debería estar considerando comprar ya su boleto para «Logan», que está disponible a partir de hoy en las salas de cine de todo el país.

Calificación: 4 garrazos (de adamantium) de 5.

Dirige: James Mangold.

Actúan: Hugh Jackman, Patrick Stewart, Boyd Holbrook,Richard E. Grant, Stephen Merchant, Dafne Keen.

Lo bueno: La historia, las actuaciones, las caracterizaciones, los efectos, la violencia, la humanidad y el final.

Lo cuestionable: principalmente el ritmo y ciertos aspectos del manejo de Charles Xavier en la historia.

La incosistencia: hay varias, pero la mayor, que no puede explicarse a detalle sin dar spoilers, simplemente radica en «el poder de la bala», cuando lo vean lo entenderán.

Puntos ñoños: la película tiene su propia versión de «los nuevos mutantes», X-23 lee los cómics de los X-Men, Donald Pierce y los Reavers y Caliban (Stephen Merchant) son personajes que todo fan de X-Men reconocerá.

Trailer: