Suicide Squad (Warner Bros. 2016)

Lo Bueno: El uso de los recursos visuales al alcance del director, los cameos breves, pero efectivos y la mezcla aceptable entre actuación que cumple y manejo decente de parte de los personajes de Will Smith y Margot Robbie.

Lo Malo: ¡Uff! La inconsistencia en el tono, el desarrollo disparejo de personajes… muchos de los cuales actuaban contrarios a su naturaleza CONSTANTEMENTE, además de exhibir niveles de fuerza y habilidad inconsistente con ellos mismos y, en sí, tantos aspectos que sería difícil enumerarlos, pero, para añadir solo uno más: Jared Leto.

La Mamá Hada: Casi tres cuartas partes del Suicide Squad son personajes de relleno (ojo, no que se mueran, pero que no tienen desarrollo, son adornos con función limitada en la historia). El Joker pasó de ser el rey de los psicópatas a un criminal enamorado y Harley Quinn se postula como la Deadpool del DCEU (que, de todos modos, es algo que viene pasando gradualmente en los cómics desde hace rato).

Calificación: 2 y medio pares de gafas de fondo de botella (de 5)

Contexto:

La Task Force X (o Fuerza de Tarea X) es un escuadrón de criminales de alto calibre con habilidades fuera de lo común que son enviados en misiones suicidas para el gobierno y, si salen con vida, van reduciendo sus sentencias (o escapan de la pena de muerte, incluso). Este estatus le permite al gobierno total libertad de negar conocimiento de los hechos si algo sale mal y deshacerse de criminales peligrosos en caso de que no sobrevivan a la misión.  Sin embargo, en un equipo compuesto de maniáticos homicidas, psicópatas, sociópatas, amorales e inmorales… ¿cuál es la esperanza de vida de todos modos?

Si bien el concepto bajo el que el primer equipo con este nombre debutó en 1959 era diferente, centrándose en cuatro operativos humanos enfrentando amenazas súper-humanas, desde 1987 la mecánica del Suicide Squad es la previamente descrita (una que Marvel «tomó prestada» a su manera a partir de la segunda etapa de los cómics de los Thunderbolts).

La película toma, como es de esperarse, aspectos de los cómics, aunque no tanto como podría esperarse. Sí, Amanda Waller es una maestra manipuladora que mueve los hilos del Escuadrón. Rick Flag es un líder heroico y patriota y todo miembro activo del Escuadrón con récord criminal tiene una bomba insertada en la cabeza que explotará si desobedecen órdenes, abandonan la misión o traicionan al equipo.

Reseña:

Tras los fatídicos hechos vistos en Batman v. Superman hay gente en el gobierno trabajando duro para prepararse en caso de que «el próximo Superman» resulte no ser tan benévolo como el que murió contra Doomsday (sí, sí, ya todos sabemos que realmente no murió, pero al resto del DCEU no le llegó el spoiler), particularmente Amanda Waller (Viola Davis), quien ha compilado una lista de prometedores candidatos con poderes o habilidades específicas que, en conjunto, podrían ser capaces de prevalecer en una lucha así.

De esa manera aparecerán en pantalla Deadshot (Will Smith), el mercenario con un corazón de oro y capaz de todo por su hija;  Harley Quinn (Margot Robbie), la desquiciada sociópata que por alguna razón tiene dentro a una heroína con gran brújula moral que hace todo lo contrario de lo que dice, aunque al mismo tiempo esté irremediablemente enamorada del presunto criminal más notorio de Gótica. El capitán Boomerang (Jai Courtney), un criminal amoral y apático de poca monta que parece preferir los ambientes sociales aunque vayan contra su naturaleza e instinto de conservación; Killer Croc (Adewale Akinnuoye-Agbaje), un hombre-cocodrilo bestial, violento y caníbal que no se decide de qué lado está, si es callado o chistoso o si quiere condenar el plan del escuadrón o ayudarlos a triunfar; «El Diablo» (Jay Hernández), un pandillero y criminal violento con el poder de controlar el fuego que, tras una tragedia personal, se volvió pacifista hasta que, sin lógica alguna, siente que encuentra en el Escuadrón una familia por la que vale la pena luchar; Enchantress (Cara Delevigne), una bruja ancestral en el cuerpo de una arqueóloga que, en resumen, representa mucho poder para la correa tan delgada con que quieren tenerla sometida; Slipknot (Adam Beach) el «entra a escena que ya están rodando y no te pongas muy cómodo» de esta cinta; Rick Flag (Joel Kinnaman), un soldado y patriota enamorado que deberá guiar al Escuadrón en una misión que podría ser más difícil cumplir para él mismo que para ellos y Katana (Karen Fukuhara), guardaespaldas de Flag en caso de que el Escuadrón se rebele y un personaje también aventado con prisa a la trama, con un trasfondo e historia que pretende ser explicado a través de un cortísimo flashback y tres o cuatro líneas de diálogo.

Toda esta banda de alegres renegados estará en curso de colisión para decidir el destino del planeta, que está en manos de una amenaza visualmente aterradora, pero argumentalmente débil y genérica.

Veredicto:

El pecado de Suicide Squad es que dista mucho de ser tan buena como todos prometieron. ¿Es mala? No del todo, no realmente. Difícilmente puede decirse que llega al nivel de Iron-Man 3, pero sí se queda muy corta en tantos aspectos que no es fácil pasarlos por alto.

En defensa de la película, los muchos rumores que corrieron sobre que le pasó algo similar que a F4ntastic de Fox (que ante reacciones del público, en este caso ante BvS, el estudio se asustó, metió su cuchara y cambió el enfoque que el director tenía) parecen al menos algo plausible, pues la cinta presenta algunos problemas en el ritmo y en el tono, debatiéndose entre el oscuro universo del que forma parte y reminiscencias con las fórmulas de Marvel.

Es difícil saber si la visión de David Ayer fue dispersa y poco efectiva al presentarnos algunos personajes con mucha introducción y otros que básicamente aventó al ruedo como si todos debieran saber quienes son (y les aseguro que la mayoría no lo sabrán) o si estos problemas de balance se derivan de una intervención del estudio.

La película no ahonda mucho en Amanda Waller, pero muestra lo que se necesita saber de ella. De un modo similar presenta a Enchantress, quien tiene un buen inicio en la cinta, pero cuyo uso completo en la trama se siente metido con calzador. En ese sentido se nos presenta un desarrollo sólido para Deadshot, con un Will Smith que, sin ser su mejor interpretación, cumple con su personaje como hace algo de tiempo no se le veía hacerlo. En esa lista de menciones positivas también entra el desarrollo (durante el primer acto de la cinta al menos) del personaje de Harley Quinn, cuyos puntos altos sin duda se sirven del increíble carisma de Margot Robbie.

Sin embargo, a diferencia de lo anterior, Ayer parece aventarnos a otros personajes sin más, con un Killer Croc bastante básico que se dedica a ser una bestia con sentido del humor, una Katana que avientan al ruedo sin mucho trasfondo más allá del que se pueda ir presentando forzadamente y sobre la marcha, a un Capitán Boomerang bastante unidimensional en su naturaleza de villano de caricatura sin profundidad y a un Slipknot al que parece que le dijeron «hey, te toca» cuando la escena ya se estaba rodando, como un total colado.

No podía faltar, sin embargo, el desglose de la interpretación de Jared Leto… el Joker tan malo que tuvieron que tatuarle su sonrisa en la mano para ponerla sobre su boca, porque la suya no daba el ancho. Es difícil no preguntarse a dónde fue a parar ese Jared Leto ganador del  Óscar, actor de método de alto calibre, quien en esta película entregó una interpretación por demás débil y blandengue que, pareciera, se derivó de sentir suficiente ver su caracterización frente al espejo para sentirse el Joker y, apoyado por las ideas visuales del director, trataron de compensar con referencias visuales y homenajes a otras versiones lo que Leto fue incapaz de entregar actoralmente que, sin embargo, tampoco fue ayudado en lo más mínimo por un guion que lo convirtió del rey de los psicópatas en un criminal enamorado… uno bastante capaz, pero sin nada especial.

Durante segmentos de la película el escuadrón combate a seres sobrehumanos en situaciones en las que algunos miembros del equipo, especialmente Harley Quinn, debieron estar en enorme desventaja física y, aún así, todos se las arreglan para resaltar, incluso Quinn, que en el momento solo tenía un Bat de Baseball como arma.

Todo ello sin mencionar que los personajes amorales, sociópatas, conflictivos, tremendamente egocéntricos y sin valor alguno por la vida (en especial Killer Croc, Capitán Boomerang y Harley Quinn) , decidieron tomar las decisiones moralmente correctas en escenas clave. ¿Por qué? Porque cállate, por eso.

Es triste pensar que la película animada «Batman: Attack on Arkham», protagonizada por el Suicide Squad, logra ser más efectiva en el humor, el drama, la tensión, sus cameos de Batman y, sobre todo, en la fidelidad a las raíces psicológicas de los personajes… llámese Joker, Harley, Capitán Boomerang, Deadshot y hasta la propia Waller.

Del lado bueno esta película puede resultar un churro palomero no totalmente perdido y algo entretenido, pero no es el boleto dorado que salvaría o pondría al DCEU en camino a la gloria. No es un Titanic como F4ntastic y, aunque puede entretener, cae… sin duda cae.

¿Para quién es?

Esta película la pueden disfrutar los amantes del escándalo y la acción, quienes no son nada exigentes con que la historia deba ser consistente consigo misma, aunque tenga lugar en un universo ilógico. Además, los fans que tienen sus esperanzas puestas en el DCEU y su futuro tienen el deber moral de verla, sin importar si la acaban amando u odiando.

¿Para quién no es?

Si crees que el cine de superhéroes debe ser serio y profundo, aléjate de esto. Pero también toma tu distancia si crees que los personajes deben ser fieles a la manera en que se van presentando, a la naturaleza y psicología con que los conocemos. Y si para ti el DCEU es súper importante y te puede romper el corazón que esta cinta no sea algo sublime y maravilloso… creo que es la única manera en que valdría recomendar a fans del DCEU que mejor esperen a la Mujer Maravilla.

Tráiler: