Fraude: El post definitivo sobre el amor (Pt. IV)

Hace ya tiempo empecé un serial sobre el amor que nunca terminé a pesar de tener el texto… me la pasé mucho tiempo pensando en cosas diferentes sobre el tema para añadir… y cerrarlo tan contundentemente como pudiera, pero al releerlo me doy cuenta de que eso es imposible… así que les presento en forma inalterada esta última parte, sin poder prometer que dejaré de hablar de ello… =P

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Última Parte: Orígenes y finales

Bueno, febrero se nos fue ya… y creo que con ese marco llega la oportunidad perfecta de terminar con este serial, sobre todo porque lo escribo en un momento donde muchas de estas cosas están frescas en mi mente…

Del amor existe mucho conocimiento, sobre todo de como se da físicamente, aunque no por ello se le hace menos caso a dichos como «de la vista nace el amor», que no es enteramente correcto, siendo que la química es más escencial…

Lo que muchas veces estamos muy ocupados para notar es como el amor se desarrolla mientras lo sentimos, como damos cada paso, de modo que empezamos siendo cautivados por unos ojos, una sonrisa o las palabras detrás de un corazón y terminamos dejando de ser nuestros propios dueños, pudiendo darlo todo, hasta nuestra identidad o la propia vida, por amor a esa otra persona…

El amor es perderse, ya sea en un sueño, deseo o fantasía, perderte sin saber como salir… el problema es que el amor también implica y requiere trabajo, sacrificio, incondicionalidad, convicción y por supuesto, la capacidad de la otra persona de corresponderte el sentimiento, de otro modo puede tornarse en algo feo… y poco hay peor que estar atrapados en una pesadilla de la que, además, no queremos salir, cual vil masoquista enfermizo y adicto al castigo sádico…

En el recorrido que se ha hecho sobre el tema hemos abordado muchos aspectos que convierten al amor en una de las mejores y peores cosas que distinguen a la humanidad, pero poco hemos visto sobre su desarrollo…

Es curioso como no siempre haces un «click» inmediato con la persona de la que te enamoras, incluso llegan a conocerse bajo circunstancias incómodas o en el lado opuesto, como otras veces aún antes de que le hables tienes la noción de que ambos son el uno para el otro… mientras a veces se va cayendo en el amor tan gradualmente que no nos damos cuenta, siendo cautivados por la personalidad de aquella persona que ni siquiera estaba inicialmente en nuestro «radar».

Pero notable es también el modo en que el amor se desarrolla, en parte como el ser humano mismo, mostrando inicialmente aquella inseguridad característica de los primeros pasos, esa inseguridad balbuceante que aparece durante los primeros encuentros con la persona de la que nos estamos enamorando, inseguridad que nos hace parecer personas diferentes… hasta llegar al punto en que uno se siente más seguro y más felíz al estar con esa persona, el punto en que no se siente que se pueda respirar, sentir o vivir lejos de esa persona…

En otras ocasiones lo he dicho, el amor es como un ser independiente por la manera en que se desarrolla, pero es dependiente como un bebé, en el sentido que depende de nosotros, nuestros enfoques y experiencias para crecer y desarrollarse y depende de nuestro criterio al seleccionar a nuestras parejas para crecer sano y felíz… además, requiere del sustento representado por el trabajo y la dedicación que ponemos en la relación en que nos encontremos…

Ahora, todo lo anteriormente dicho en esta entrada obedece a como el amor se inicia y se desarrolla y ya en la entrada pasada comentaba sobre algunos de los enemigos del amor y como son capaces de destruirlo o deformarlo de maneras irreconocibles… Pero guardé el elemento clave de ello para el final, porque es, de hecho, la manera en que muchos amores terminan con el tiempo…

Mucha gente cree que el opuesto del amor es el odio, otros dicen que es la indiferencia, la verdad es que esos tres conceptos se encuentran distribuidos en una línea recta en el marco emocional de la gente…

Y al final, tú, querido lector, que a juzgar por mi contador, vives solo en mi imaginación, porque nadie entra aquí… te preguntarás porque el nombre de este serial empieza con la palabra «Fraude». ¿Acaso el amor es un fraude? ¿O será que he estado hablando de puras tonterías en un esfuerzo inmaduro por llamar la atención?

No, la verdad es que el fraude está en el nombre del serial… pues el amor es un tema inimaginable e inconmensurablemente complejo… y toda disertación sobre el mismo que se proclame «definitiva», ya por eso es fraudulenta…

Así que esta no será la última vez que escriba del tema… aunque las próximas ocasiones en que lo haga podrían tener un tono más fatalista, no por nada, en mi caso, el amor bien puede ser llamado «La enfermedad del p*nd*j*» (¡Hey! ya tengo nombre para la próxima entrada del tema) porque habemos personas que simplemente parece que no nacimos para sentirlo… o para que se nos corresponda cuando más nos importa que así sea.

Gracias por leer.

Fin de la entrada.