Una reflexión que espero sea de su agrado:

Un grupo de personas, viviendo sus vidas, desearon encontrar a su alma gemela… a la pareja perfecta… cada uno escribió, pensó o elaboró de un modo u otro una lista mental de lo que quería en ella… ya saben, lo de siempre… que fuera una persona comprensiva, amorosa, inteligente, con sentido del humor, humilde, entre otras cosas…

Llegado un punto de la vida, cada una de esas personas se encontró con alguien que tenía todo lo que su lista pedía, y que además los amaba… pero, ya cara a cara, cada uno de ellos se dio cuenta de que le faltaba algo, entonces, descartaron a esta persona y empezaron a añadir cosas a la lista…

Siguieron teniendo suerte, cada vez que modificaban la lista, volvían a encontrar a alguien que cumplía todo lo que pedían…. y que además los amaba… pero mientras más virtudes tenía la persona, más se daban cuenta de lo incompleto de sus listas… así que los descartaban y seguían adelante.

Pero todo tiene un límite y toda historia tiene un final… de modo que, un último golpe de suerte llevó, ya no a todas, sino a algunas de estas personas a encontrar a alguien que cumplía todo, con tal exactitud que no encontraban defecto alguno… y cayeron enamorados… al menos, hasta que se dieron cuenta de que, lo que le faltaba, era lo que todas las otras veces sobró… de que lo único que no tenía esta «alma gemela», fue lo que nunca antes tuvieron que pedir… pues estas personas no eran correspondidas… así que, tras un tiempo, después de grandes luchas personales, y habiendo superado esa tragedia, siguieron buscando, pero nunca encontraron a alguien que tuviera todo lo que su lista pedía, que además incluyera la última modificación…

¿Saben por qué?, simple, porque la pareja perfecta es un mito…

Al buscar un alma gemela hay indicadores de compatibilidad… pero es importante nunca confundirlos con una lista incoherente e injusta de exigencias…

Por eso, amen lo que tengan, amen con justicia las virtudes de con quien comparten la etapa de sus vidas que estén atravesando… y si dejan a alguien, que nunca sea porque no es suficiente para ustedes… pues, si caen en ello, verán con el tiempo que por cada «mejora» que lleguen a tener en sus siguientes parejas, que algo más falta… y quizás nunca entiendan que el vacío no está en la imperfección de su pareja actual… sino dentro de ustedes.

Amen… y sean felices.

La alternativa, sobra decirlo… nunca es placentera.

Gracias por leer.

Que estén bien =)