*Artículo originalmente escrito para «Los Editoriales»*

La polvareda de la contienda panista a la presidencia por fin comienza a asentarse y muchos se preguntan lo que ésta deja, ante la incredulidad que lo que vemos que ante nuestros ojos se presenta.

La campaña panista fue dura, e incluso algo sucia y ello en algún momento va a pasar su factura, pues deja a los panistas en un escenario de desgaste muy parecido al que vivirán los candidatos gringos por el partido republicano, una vez que su eterna elección interna termine.

Quizás los panistas fueron más civilizados que sus contrapartes gringas, que se están dando hasta con la blosa de las McPatatas, a sabiendas de que las imágenes de todos quedarán manchadas y no importa quién sea el que gane, llegará disminuido a la contienda por la presidencia contra Obama…

Sin embargo, a pesar de que la contienda panista no tuvo la clase de intensidad que la gringa republicana, lo cierto es que si dejó la imagen de todos sus candidatos algo golpeadas, de modo que ahora una Josefina Vázquez Mota, algo maltrecha, se integra a una carrera presidencial que, basado en tendencias de elecciones anteriores, aún es pronto para predecir quien ganará.

La elección interna fue la bandera de un PAN que pretendía demostrar su fuerza y compromiso con la democracia, pero que, en honor a la verdad, exhibió todas las desventajas de la misma, poniendo en el ring a tres candidatos que prometieron proponer en lugar de atacar y que en un primer debate sólo se dedicaron a recitar lo que creían que los votantes querían escuchar, mientras que, en el último, la clase y caballerosidad se fue al suelo, con Creel y Cordero atacando a Vázquez Mota y ésta última, haciendo lo propio.

Ahora resulta que, según Ernesto Cordero, la ganadora de la elección panista, Vázquez Mota, no es partidaria de la corriente calderonista (un pecado entre la corriente panista dominante), según el émulo de Mr. Bean, como más de uno le llama, o así lo han probado las decisiones de su hasta hace poco adversaria, en la cámara baja; pero eso no es todo, Cordero se aventuró a decir de ella que tenía un peor récord de asistencia a su trabajo que el pintoresco (y extremadamente faltista) diputado Jorge Kahwagi.

Por su parte, Vázquez mota fue grabada llamando “patán” a Ernesto Cordero… y no es para menos, pues éste clon de un simpático personaje de la comedia inglesa se vio implicado en el escándalo de una presunta planeación de acarreo y compra de votos entre la militancia panista (que dio de qué rumorar el pasado domingo, cuando camiones con grandes cantidades de votantes llegaban a ciertas casillas).

¿El resultado final de todo esto? Una pre-campaña que, por partida triple, no tuvo que esperar a finalizar para demostrar la poca palabra de sus participantes… promesas y más promesas, como pactos de no agresión y campañas propositivas, que no fueron cumplidas… y candidatos maltrechos cuyas fotos juntos, sonrientes, nos recuerdan el lado hipócrita, del ser humano en general, pero más de los políticos y las figuras públicas, condenados a sonreír ante las cámaras, mientras aprietan sus dientes con esfuerzo para ocultar su desdén, odio y desprecio por quien ahora llaman “amigo”.

Sin embargo, el PAN ya tiene candidata, una que, además de todos los retos que estaban esperándola , ahora se encuentra presionada de tiempo para sacudirse el lodo, la mugre y el amargo sabor de boca de una pre-campaña que, se suponía, debía fortalecerla en primer lugar.
Y no, no pretendo que la moraleja de este texto sea que la salida democrática es mala… (lo que depende tanto de quien organiza elecciones, como de candidatos y votantes), sino que anunciarla como una ventaja táctica ante tus adversarios sin establecer los suficientes controles y conciencia entre los competidores para que las cosas fluyeran bien siempre resultará como… dispararte en la rodilla con tu propia flecha… si entienden lo que quiero decir.

Para terminar, tiene algo de tiempo flotando alrededor de Josefina esta noción de cuento de hadas de que, por ser mujer, forma parte de un despertar social y una nueva tendencia de poderosas mujeres en altos cargos que desempeñan bien su trabajo… y bueno, yo a eso sólo tengo que decir que sería sexista decir que por ser mujer no podría hacerlo… pero luego entonces… ¿no debería ser igual de condenable suponer que SÓLO por ser mujer sí podrá?

Se los dejo a su consideración, como también lo hago con la noción de que la calidad de un candidato no se mide por su sexo, su atractivo o los adjetivos que a su persona podamos adherir, sino por la efectividad que haya demostrado desempeñando los trabajos que ha tenido… cualquier otra opinión es mera especulación y no debería ser tomada en cuenta.

Gracias por leer.